El verano es la época en la que más personas pierden la vida en accidentes de tráfico -260 en 2012- y este año se prevén 80 millones de desplazamientos, 42 de ellos a lo largo de este mes.
El exceso de velocidad, los adelantamientos antirreglamentarios y no usar el casco son las tres infracciones más cometidas por los motoristas, según un informe de la Dirección General de Tráfico.
El 85 % de las muertes en accidentes de moto se producen a consecuencia de lesiones cerebrales y, dentro de ellas, un altísimo porcentaje se debe a no haber utilizado el casco.
El doctor Javier González Lagunas, presidente de la Sociedad Española de Cirugía Oral y Maxilofacial (SECOM), insiste, en declaraciones a Efe, en que el uso de cascos, y sobre todo de aquellos que cubren la totalidad de la cabeza, "reduce de manera significativa las fracturas faciales y del cráneo".
Ante la polémica suscitada en España por el intento de Tráfico de exigir el uso del casco en ciudad para los ciclistas, los cirujanos orales y maxilofaciales recomiendan que se lleve "siempre".
Advierten de que los siniestros pueden ocurrir tanto fuera como dentro de la ciudad y el casco, además de salvar vidas, puede evitar fracturas faciales que provocarían problemas funcionales como no poder masticar, comer o incluso respirar y ver.
Precisamente, la Comisión de Seguridad Vial y Movilidad Sostenible escuchará en septiembre las opiniones de los expertos y asociaciones para debatir la obligatoriedad del uso del casco por parte de los ciclistas en ciudad.
Una veintena de asociaciones de víctimas de accidentes de tráfico, aseguradoras, clubes de automovilistas y entidades dedicadas a la seguridad vial han apoyado ya la propuesta con el objetivo de "salvar una sola vida o evitar una lesión cerebral".
"Nos hemos encontrado con motoristas y ciclistas que han podido salvarse de una fractura del cráneo gracias al casco, pero que, al no cubrirle el rostro por completo, han sufrido fracturas en el tercio medio que pueden tener consecuencias de por vida", comenta a Efe el doctor José Luis López-Cedrún, jefe del Servicio de Cirugía Maxilofacial del Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña (CHUAC).
En esta línea, advierte de que los cascos que no cubren la cara son "más económicos y más cómodos", pero no tan seguros como los integrales.
Las fracturas faciales más frecuentes causadas por un accidente de moto son las del tercio medio de la cara que incluyen el maxilar, las órbitas, la nariz y, en menor medida, la mandíbula.
López-Cedrún sostiene que hay que tener en cuenta que el rostro es el primer "parachoques" de un motorista y, por tanto, siempre tienen que llevar un casco que proteja la totalidad de la cara y las zonas más salientes como la nariz y los pómulos.
Las fracturas de los huesos de la cara pueden conllevar problemas estéticos y funcionales, según el presidente de la SECOM. Las de maxilar superior o de la mandíbula ocasionan maloclusión de los dientes que puede provocar serias complicaciones si no actúa un cirujano oral y maxilofacial para estabilizarla.
El experto ha relatado que el tratamiento de estas fracturas incluye su reducción y estabilización mediante sistemas de osteosíntesis -miniplacas y tornillos-, es decir, "mantener alineadas y en la misma posición las partes del hueso".
La cirugía primera es la parte fundamental del tratamiento, que debe ser muy precisa para evitar secuelas. A pesar de ello, algunos casos de traumatismos muy complejos acarrean secuelas que precisarán una reparación secundaria, siendo "muy común" la pérdida de dientes.
Uno de los avances de los últimos años utilizado en el tratamiento de estos traumatismos es la navegación quirúrgica, con la que el cirujano "gana en precisión al poder planificar las intervenciones en el ordenador tanto para fracturas primarias de la órbita como para las secuelas o incluso para fabricar prótesis o mallas a medida", ha concluido López-Cedrún.