Esta prueba pretende poner sobre la mesa el potencial de este tipo de vehículos que se han convertido en la puerta de acceso a la movilidad eléctrica para miles de personas, una alternativa de movilidad con mucho éxito en Asia y que ahora paulatinamente extiende sus tentáculos en occidente. Su propuesta se basa en una mayor sencillez general respecto a los coches eléctricos, y de esa manera una moto no acarrea los grandes costes de los elementos necesarios para mover un turismo, algo que permite unos precios más competitivos.
Por supuesto hay motos para todos los bolsillos y la Zero DS 2013 se sitúa en un nivel de equilibrio que nos permite comparar con las versiones equivalentes gasolina, sobre todo a nivel de prestaciones, con un motor de 40 kW (54 CV), velocidad máxima de 153 km/h y un tremendo par motor de 92 Nm (equivalente a una 900 cc) que nos permiten disfrutar de una importante aceleración partiendo desde cero, con el silencio como principal protagonista.
Además gracias al menor tamaño de las baterías los tiempos de recarga también se ven rebajados, y de esa manera la Zero DS puede acceder a recargas rápidas mediante el nuevo enchufe para la recarga rápida CHAdeMO, que en apenas una hora habrá recuperado el total de la capacidad, una cifra que se va hasta las cuatro horas y media para alcanzar el 95% de carga si utilizamos el enchufe convencional de 230V (con un cargador opciónal).
Pero la idea de esta prueba no es saber si la moto eléctrica es más o menos rentable que la gasolina, si no descubrir si una persona puede vivir su rutina diaria con una moto de estas características, algo que durante los próximos seis meses Damon Lavrinc de
Wired tendrá la posibilidad de descubrir.