Los Tribunales nos vuelven a dar la razón. En este caso ha sido la Sección Sexta de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Madrid la que ha corregido a la Administración Militar reconociendo a Juan Carlos su derecho a ocupar las funciones de portavoz de la AMM, al tratarse de una actividad perfectamente compatible con la de su trabajo como Guardia Civil de Tráfico.
Aunque el refrán popular nos dice que “Nunca es tarde si la dicha es buena”, no es el caso en esta ocasión, pues “la dicha” ha llegado cuando esa misma Administración que ahora es condenada, ha conseguido dejar a Juan Carlos fuera de la Guardia Civil por lo que ella considera “inutilidad” para el ejercicio de su trabajo.
Hablando de “inutilidad”, resulta curioso que a lo largo de la sentencia, la Sala recuerde en varias ocasiones a la Administración que son ya “numerosos los pronunciamientos de esa misma Sección que vienen reconociendo el derecho del personal de la Guardia Civil a compatibilizar el ejercicio de sus funciones con el desempeño de una actividad en el ámbito privado,…”
También pone de manifiesto que la propia Administración incurre en contradicciones y que está haciendo de forma reiterada una interpretación de la normativa no acorde con la que desde hace años vienen haciendo los Tribunales de Justicia, y recuerda a la Dirección General de la Guardia Civil y al Ministerio del Interior, que ya en sentencia relativa al recurso 136 de 2011 de esa misma Sala, se reconoció a Juan Carlos en circunstancias similares, su compatibilidad con el cargo de Director del Departamento de Seguridad Vial de la AMM.
Resulta sorprendente que en un Estado de Derecho como el nuestro, la Administración no solo no se contente con incumplir la Ley en tantas ocasiones como desde la AMM estamos denunciando a diario, sino que se permita el lujo de interpretar la normativa de forma tan arbitraria que incluso contradice la interpretación que los propios Tribunales de Justicia le indican como correcta, y peor aun, de forma tan reiterada.
Cada vez se hace más necesario que estos incumplimientos por parte de los responsables de la Administración Pública impliquen una responsabilidad personal que hoy no tienen, pues de lo contrario se mantendrán en la actual burbuja de impunidad caciquil, más propia de otras épocas, que pudre las entrañas de nuestro Estado de Derecho.
Desde estas líneas, nuestro agradecimiento a los compañeros integrantes del Departamento Jurídico de la AMM y a Juan Carlos Toribio por su incansable labor en defensa de los derechos e intereses de los motoristas de este país.
Asociación Mutua Motera