"Es necesario e incluso considero que también es una obligación que haya una asignatura de educación vial en el colegio, en el instituto e incluso mucho antes, en la guardería. Los niños son 'esponjas' a los tres años y es el momento preciso de enseñarle las normas. Una labor que deberían llevar a cabo tanto los profesionales del centro como los familiares", indica. El presidente de Psicotrasvi recomienda además que la formación vial sea impartida por un profesor de autoescuela, que será quien enseñe la ley, y un psicólogo, que haga entender a los futuros conductores cómo funciona su propio comportamiento. Dicha educación debe impartirse, como mínimo, antes de sacarse el carné de conducir.

El presidente de Psicotrasvi apunta que "tras un accidente, lo que más cuesta es asimilar la nueva realidad de tu vida. En muchos casos no vuelves a ser el mismo. Un siniestro en la carretera afecta tanto al que lo provoca como a la víctima. Si bien esta última es quien peor lo pasa. Sobre todo, porque no todo infractor es consciente de lo que ha provocado".

Una de las principales causas de siniestralidad en las carreteras es la velocidad. Según Prieto, quien va rápido con su vehículo, solo deja de correr el día que se lleva un susto. Lo mismo ocurre con el consumo de alcohol u otros estupefacientes. "Cuando te llevas un buen susto al volante tomas conciencia de todo", dice.

Para el presidente de Psicotrasvi, la mejor forma de que uno no corra peligro en su vehículo es sensibilizándolo, para lo que propone cursos de concienciación como los que se imparten a los conductores que han perdido el carné por puntos, solo que desde su punto de vista "debería de darse a todos los conductores, hayan sido o no sancionados, cada vez que fueran a renovar el permiso".

Fuente: La Opinión de Murcia