La crisis económica ha disparado una práctica legal pero que, a juicio de los talleres mecánicos, incentiva la economía sumergida y perjudica la seguridad vial. Se trata del pago en efectivo por parte de las aseguradoras a sus clientes tras un siniestro, que tanto desde la Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos a Motor, Reparación y Recambios (Ganvam) como desde la asociación de autónomos APE-Galicia consideran que dispara la clandestinidad. "Muchos usuarios acuden con el dinero a talleres que no están dados de alta en el impuesto de actividades económicas", explica el presidente de Ganvam, Juan Antonio Sánchez, "o directamente lo destinan a otros gastos domésticos". Esta asociación calcula que en España el 20% de las reparaciones de vehículos se realizan en "chiringuitos" ilegales, y elevan este porcentaje al 30% en el caso de Galicia, Extremadura o Andalucía.
La práctica está regulada por la Ley del Seguro, de 1980. Tras un siniestro con el vehículo el usuario puede llamar a la aseguradora y, tras realizar un peritaje in situ, reciba el dinero, aunque sin IVA. De este modo, entienden los responsables de Ganvam, "tienes que pagar de tu bolsillo la diferencia (el 21%)".
El director de la Fundación Inade (Instituto Atlántico del Seguro), Adolfo Campos, replica a la patronal de los concesionarios y talleres. "Para pagar el IVA tiene que haber una factura, como es lógico. Cuando el usuario repercuta el impuesto, se le abona", explica. Campos asegura que "normalmente" el pago de las reparaciones se tramita entre las aseguradoras y los talleres, "casi nunca intercede el cliente". Con todo, el cliente puede "pedir el dinero y llevarlo él al taller". Desde Inade inciden en que "las compañías aseguradoras velan" no solo para que el coche sea "indemnizado" en caso de siniestro, sino porque sea también reparado.
Pese a que el pago en mano es legal, Sánchez cree que es un "claro ejemplo" de cómo una normativa en vigor "puede provocar un efecto pernicioso a talleres, conductores e incluso a la Hacienda Pública" con el incremento de la economía sumergida. "Es preciso revisar y actualizar determinadas normativas", propone. Los talleres calculan que los "chiringuitos" provocan pérdidas de 1.000 millones al año en España. Pero la ley actual no solo "perjudica" a los talleres de coches, sino a otras actividades económicas como la fontanería, la electrónica o la construcción. "Genera un problema general, a todos los sectores, y está claro que la clandestinidad va a más cada día", lamenta el presidente de la asociación de autónomos APE-Galicia, José Ramón Caldas. "El usuario puede optar por utilizar el dinero para otras cosas teniendo en cuenta la situación actual, pero tanto por averías en el coche como por el de una caldera o por un incendio en una casa o establecimiento", agrega.
La no reparación de los vehículos, en el caso de que su propietario opte por no destinar el dinero del seguro a este fin, acabará por perjudicar al parque y afectar a la seguridad vial. El secretario general de la Dirección General de Tráfico (DGT), Cristóbal Cremades, explicó la semana pasada en Madrid que "el riesgo de fallecer se duplica para los ocupantes de vehículos con una antigüedad de 7 años o superior". El Gobierno quiere rebajar la edad media de los coches a solo siete años en 2016, frente a la de 9,5 años que tienen a día de hoy. "No importa que haya muchos o pocos vehículos sino que los que haya sean seguros, que la movilidad sea segura", zanjó Cremades.