La DGT ha anunciado la compra de cinco nuevos sistemas de radar que instalará en otros tantos helicópteros. De esta forma, serán seis los Pegasus que controlen el tráfico desde el aire y multen a los conductores que excedan los límites de velocidad.
El pasado mes de marzo la DGT, estrenó el radar aéreo Pegasus, único en el mundo hasta la fecha. Se monta en un helicóptero y monta una cámara de alta tecnología y precisión, diseñada en España y capaz de detectar a vehículos con exceso de velocidad desde el aire.
Lo que en sus orígenes fuera un sistema de control militar, ha sido adaptado para el uso civil. Avalado por el Instituto Español de Metrología, ha sido altamente efectivo y mucho más eficaz que los radares fijos: aunque su coste inicial haya sido superior, lo han amortizado rápidamente.
Es esta eficacia en la detección la que ha movido a la DGT a comprar cinco nuevas cámaras, que instalará en helicópteros ya existentes: Pegasus se reproduce, y por partida quíntuple.
Según informa el diario valenciano Las Provincias, la DGT ha comprado un nuevo radar en octubre –por un precio de 180.000 euros con instalación incluida – y han adjudicado la instalación de cuatro radares adicionales por un precio total de 640.000 euros. Hasta la fecha, el coste del programa ronda el millón de euros.
Según fuentes de la DGT, estos radares no tendrán una distribución territorial específica. Su uso será coordinado exclusivamente por la DGT desde Madrid, que los desplazará a donde los considere necesarios para evitar comportamientos temerarios.
Los nuevos Pegasus vigilarán con especial celo operaciones especiales de salida o eventos especiales: por ejemplo, Grandes Premios de motociclismo, que implican el desplazamiento de muchos moteros. Con el puente de diciembre en ciernes y el operativo especial de Navidad cercano, los radares se encontrarán muy ocupados durante este mes.
La asociación Automovilistas Europeos Asociados (AEA) ha criticado duramente la ampliación de la flota Pegasus. La AEA alega que en tiempos de crisis el uso de un sistema de radares como el Pegasus es un derroche y un mecanismo claramente derrochador. Lo cierto es que la capacidad de multar de Pegasus es cinco veces superior a la de un radar fijo o móvil. Su potencial disuasorio es enorme, y si se emplea para controlar puntos negros de siniestralidad, puede ser una gran herramienta de mejora para la seguridad vial.
Como siempre, las posturas de automovilistas y la DGT son enfrentadas. En el gris está la verdad, lógicamente. En la pasada Semana Santa, en un periodo de referencia de 24 horas, Pegasus controló activamente a unos 500 conductores, de los que 88 fueron multados por exceso de velocidad.
Fuente: lasprovincias.es