Detector ha publicado un estudio en el que concluye que, en España, se roba una motocicleta cada seis minutos. El ranking de robos lo encabezan Andalucía y Cataluña, con Madrid en el tercer lugar.
Aunque la estadísticas oficiales del robo de motocicletas son poco claras (motocicletas y automóviles se computan de modo conjunto), las estadísticas ofrecidas por Detector muestran un fuerte incremento en las sustracciones.
Según los investigadores policiales, las bandas de delincuentes están compuestas por jóvenes de nacionalidad española y edades comprendidas entre los 20 y los 27 años y actuan en grupos que van de las cuatro a las diez personas.
"Lo más habitual es que roben las motocicletas para venderlas a piezas o clonarlas con otras, y luego las venden por internet, sobre todo", explica un mando policial. Efectivamente, los portales de anuncios online están repletos de estos reclamos: "Hola, tengo algunas motos para despiece. Si necesitas alguna pieza, pregunta sin compromiso. Todas las piezas se entregan revisadas y muy bien de precio. Atiendo e-mail, móvil y WhatsApp".
LA LEY DE LA OFERTA Y LA DEMANDA
En la actualidad el perfil de motocicleta más demandada son "scooters de gran cilindrada", de 125 a 500 centímetros cúbicos.
El "modus operandi" es siempre el mismo. Primero, ojean y localizan aquellos lugares de la ciudad con amplia presencia de motos. Los principales son garajes públicos y privados, sobre todos los que están en plena calle. Un ejemplo son las zonas de oficinas donde existen aparcamientos especiales para este tipo de vehículos.
Cuando ya tienen localizadas a sus "víctimas", los delincuentes alquilan una furgoneta y buscan el modelo en el lugar idoneo para la sustracción. En una sola jornada son capaces de hacerse con cuatro o cinco motos. "No suelen violentar el candado, las montan a pulso, y hasta se llevan las cadenas pitón en caso de que las tengan puestas entre las ruedas".
TALLERES CLANDESTINOS
La mercancía robada es trasladada inmediatamente a talleres clandestinos o naves, donde las ocultan. "En unas horas, las despiezan. Las venden por partes o las clonan con otras que han sufrido siniestros, aprovechando los números de bastidor de éstas. Así es cómo las maquillan", indican fuentes policiales. Para ello, utilizan marcas y modelos idénticos a las de las motos robadas.
Ponen el anuncio en internet, tanto en portales generalistas como especializados. El contacto con sus clientes suele ser siempre vía correo electrónico. Si el comprador está en otro punto del país, utilizan empresas de mensajería o paquetería (en el caso de la venta de piezas) o incluso de transporte de motos, para las unidades completas. En el caso de ejemplares que están viejos y no encuentran su hueco en el mercado de segunda mano español, las trasladan a Marruecos, donde los clientes son menos exigentes.
¿Cómo concertar el precio? Depende del grado de conocimiento del cliente sobre la procedencia ilícita del producto. En caso de que le engañen haciéndole creer que se trata de una moto legal, el precio puede oscilar entre un 10% y un 20% por debajo del original. Si el comprador sabe lo que está adquiriendo, el trato le es mucho más favorable: de entre un 50% y un 60% menos de la cantidad que pagaría en cualquier concesionario.
120 MOTOS AL DÍA
En cuanto a la víctima del robo, pocas esperanzas puede guardar de recuperar lo que es suyo. Es mucho más complicado que con los automóviles, puesto que las motocicletas cuentan con menos elementos identificativos y sólo algunos modelos y marcas, sobre todo los más caros, disponen de sistema de geolocalización. Quien sufre el robo está prácticamente condenado a la pérdida.
Cada día se roban unas 120 motos en nuestro país. Con ese cálculo, 2013 acabará con 45.000 unidades sustraídas, si se suma desde enero de 2010. La estación del año más propicia es otoño, con un 34,81% de los casos; le siguen el verano (30,38%); la primavera (20,89%), y el invierno (13,92%).
Consejos: evitar aparcar en recintos públicos no vigilados ni iluminados; estacionar cerca de una cámara de videovigilancia, entre una pared y un coche. Lo mejor es que la moto duerma dentro de un garaje cerrado, aunque no es una garantía dificulta su localización para los "localizadores".
Fuente: ABC