La nueva ley de tráfico aprobada ayer por el Congreso establecía multas de 1.000 euros para quienes condujeran bajo los efectos del alcoho. Sin embargo, el gobierno ha cambiado y anuncia ahora sanciones graduales en función de la tasa de alcohol detectada.
El cambio responde a una enmienda presentada por CiU y que ha sido aprobada, in extremis. De este modo, las multas por dar positivo en los test de alcoholemia seguirán siendo de 500 euros (en la franja 0,5gr/l en sangre y 1 gr/l), salvo en los casos en los que se duplique la tasa permitida (1 gr/l), cuando el conductor sea reincidente (que haya sido multado por consumo de alcohol en el último año) o se niegue a realizar la prueba de alcoholemia.
La modificación se produjo en la Comisión de Interior cuando el diputado de CiU Jordi Jané se quejó del "afán recaudatorio de la DGT al intentar imponer mil euros de multa de forma indiscriminada a cualquier exceso de alcohol", siendo el importe de la sanción superior al salario mínimo interprofesional y sin tener en cuenta la situación económica de los españoles.
Por el contrario, la multa a los conductores que den positivo en los test de drogas se mantiene en mil euros, aunque no se descarta que éste sea otro aspecto que se aborde en el Senado ahora que la norma ha pasado a tramitarse en la Cámara Alta.
Entre los motivos para mantener estas elevadas sanciones cuenta los datos aportados por el Instituto Nacional de Toxicología, en los que se constata que el 47 por ciento de los conductores fallecidos y analizados por este organismo tenían presencia en sangre de alcohol, drogas o psicofármacos. Estas cifras suponen un incremento de 7 puntos en el periodo 2008 - 2012. A esto se suma el hecho de que unos 10.000 conductores den positivo en los test periódicos que realizan los agentes de tráfico.
REACCIONES ENCONTRADAS ENTRE LAS ASOCIACIONES
La Asociación Estatal de Víctimas de Accidentes (DIA) insistió en que "nunca se debe conducir tras haber consumido sustancias que alteren nuestra capacidad de ponernos al volante. Nos hubiera gustado que se estableciese la tasa cero para el alcohol, sin importar si hablamos de conductores noveles o experimentados, pero esperamos que este incremento de la sanción contribuya a reducir el número de víctimas mortales y heridos por este motivo". También celebró el hecho de que los peatones que hayan cometido una infracción deban someterse a controles de alcohol y drogas porque "muchas veces nos encontramos con accidentes en los que el peatón ha sido el principal infractor y un peatón bajo los efectos del alcohol puede poner en riesgo su vida y la de los demás".
Para el presidente de Automovilistas Europeos Asociados (AEA), Mario Arnaldo, la reforma aprobada en el Congreso "es decepcionante" porque el problema del alcohol "no se va a resolver con multas" y recordó que España ya es el país de la Unión Europea con las sanciones más altas comparado con países, como Bélgica o Francia, donde algunos positivos en alcoholemia sólo suponen 150 euros, frente a la sanción española de 500 a 1.000 euros.
La asociación Dvuelta vio en esta reforma "una oportunidad perdida para atacar de frente el problema del alcohol al volante y de la aparente firmeza de la tolerancia cero con la bebida y la conducción (que consistiría en prohibir directamente dar ningún tipo de nivel alcohólico) en un permitimos que el conductor beba porque así podemos sacarle el dinero".