El dispositivo instalado para el experimento en la transitada calle de Maqqam Street en las proximidades de Campus Universitario, con un límite de velocidad de 80km/h, constaba de un radar y un enorme panel LED.
El mecanismo de recompensa era sencillo, en el caso de que el conductor respetara el límite de velocidad el panel LED le recompensaba con una enorme cara sonriente, en caso contrario, mostraba una cara de decepción.
Tras cuatro días, los datos fueron concluyentes y el sencillo experimento mostró una reducción de la velocidad media de la vía de 17 km/h, junto con una disminución del 50% en los excesos de velocidad.
Contrasta estos buenas resultados con estudios similares realizados en EE UU y Reino Unido, en los que también se instalaron radares, pero que en vez de sonrisas solo mostraban indicadores numéricos que informaban de la velocidad a la que circulaba el vehículo, la velocidad media solo se redujo en 15 km/h (EE UU) y en 5 km/h (Reino Unido). Además, los excesos de velocidad solo se redujeron en un 35%.
Según las conclusiones del estudio, la psicología positiva alienta las conductas cívicas en la conducción, y la instalación de paneles con emoticonos en las proximidades de colegios podría contribuir a la reducción de velocidad de forma más efectiva que otros métodos.