Dicen que 2013 es el año menos trágico desde que Tráfico empezará a contabiliar el número de víctimas allá por 1960. Es también el décimo año consecuivo en el que desciende la cifra de muertos en carretera. Pero, aún así, hablar de más de 1.100 vidas perdidas es una barbaridad.
A falta de los datos definitivos (se conocerán a lo largo de la mañana), estimaciones realizadas por el diario El País apuntan que, en 2013, han fallcido más de 1.100 personas. Esto supone que en la última década l número de víctimas mortales ha pasado de las 6.000 muertes anuales de los años 90 hasta las 1.130 con las que puede cerrar este 2013.
La instauración de carné por puntos, la reformas penales para ciertos delitos de seguridad vial y la reciente aprobación en el congreso de la Nueva Ley de Seguridad Vial que castiga con penas más duras el consumo de alcohol y drogas (con multas de hasta 1.000 €) han terminado por disuadir a los usuarios de la vía de comportamientos peligrosos en la conducción.
A la DGT no le consta ningún accidente mortal en Nochevieja ni en Año Nuevo, algo que no ocurría al menos desde hace cinco años. Pero hay tres razones por las que podría cambiar, según fuentes de Tráfico. La primera porque puede haberse producido un accidente mortal que no haya sido reportado a la DGT por retraso en el papeleo. También si muere un herido grave en las próximas 24 horas. Y, la última, si se ha producido un siniestro y el vehículo no ha sido aún localizado.
El balance provisional de la campaña navideña muestra un descenso respecto al año anterior con 34 fallecidos hasta el momento. En 2012, durante la misma campaña y con datos hasta el día 7 de enero, se registraron 58 víctimas mortales.
Otro factor determinante del descenso en la siniestralidad de las carreteras españolas está relacionado con la fuerte reducción del número de desplazamientos debido a la grave crisis económica. Un descenso que solo en 2012 ya fue del 4,5%. Aunque, en el lado negativo, también hay que tener en cuenta el envejecimiento del parque de vehículos y su escaso mantenimiento, así como el descenso del presupuesto dedicado al mantenimiento de las carreteras. De los 31 millones de automóviles registrados en España, 13 millones tienen 10 o más años, mientras que la partida del Ministerio de Fomento para las carreteras ha caído un 30% en cinco años.