En el caso de las carreteras estatales que transcurren por la comunidad valenciana, la preocupación viene de tres frentes; el gobierno no ha licitado ninguna obra nueva desde 2009. Las obras actuales, que fueron licitadas por el Gobierno de Zapatero, se ejecutan a un ritmo muy lento, lo cual es grave porque se trata de resolver los tramos de mayor siniestralidad de la red viaria. Y en tercer lugar, la inversión total destinadas a carreteras de la Comunitat Valenciana (obra nueva y conservación) es claramente discriminatoria con respecto a la media española.
Por ello, desde el PSPV exigen al Ministerio de Fomento "como mínimo igualdad de trato para nuestra comunidad, tan castigada por el paro y con un déficit de financiación injusto".
Para el caso de las carreteras cuyo ámbito de competencia pertenece a la Generalitat, la situación es aún peor, ya que la Generalitat tampoco licita ninguna obra nueva y de las que salieron a concurso, algunas permanecen sin terminar. Incluso "para agravar más la situación, se han detraído inversiones de carreteras para destinarlas a obras locales del Plan Confianza, de claros tintes clientelares y electoralistas, de dudosa utilidad y de menor interés general". La única actividad de la Generalitat en carreteras es la conservación que "no alcanza estándares decentes de seguridad y comodidad", según denuncia el PSPV.