Aunque, al parecer, no existe nexo común entre estos trágicos sucesos (el fiscal de seguridad vial de Sevilla ha pedido que se investiguen), lo cierto es
que han sido el detonante para que se retome la Mesa de la Moto, que
llevaba paralizada año y medio.
Tras el largo período de inactividad, puede constatarse que nada ha cambiado en las calles de Sevilla, que siguen plagadas de socavones, grietas y levantamientos de la calzada por las raíces de los árboles.
Los motoristas sevillanos reclaman al ayuntamiento un mayor control sobre la conservación de los viales y demás infraestructuras. Especialmente los pasos de peatones con pinturas antideslizantes, aunque desde la Delegación de Movilidad se insiste en que todos estos pasos se han cubierto con pintura antideslizante.
Según María Antonia Millán, responsable en Sevilla de la Plataforma Motera por la Seguridad Vial, “hay alcantarillas que se encuentran en calles que han sido asfaltadas hasta en tres ocasiones, lo que provoca grandes socavones en la calzada que se convierten en obstáculos para los motoristas”.
Los motoristas sevillanos también han hecho notar la falta de aparcamientos específicos para las motocicletas en la zona centro de la ciudad. En los últimos años, se ha incrementado el uso de la moto en Sevilla, pero ese incremento de usuarios no ha venido aparejado con un aumento de las infraestructuras de seguridad y aparcamiento.