Según el secretario general de Anesdor, José María Riaño, “la realidad es que la tecnología disponible a día de hoy presenta importantes limitaciones en las prestaciones que exigen los usuarios. Además, es más cara que la tecnología tradicional de combustión”.
Lo cierto es que no hay mentalidad y quien se compra una motocicleta en España rara vez tiene en cuenta motivos ecologistas. Aparte de su utilidad evidente, uno quiere la motocicleta para salir y hacer rutas los fines de semana. Pero entonces se encuentra con una escasa autonomía y muy pocos puntos de recarga para motocicletas eléctricas, mientras que las gasolineras abundan por todas partes.
Según Miguel Ángelo Gallego, de Ecomotorbike, las motos eléctricas solo son competitivas para aquellos que “necesitan la moto para una ruta bien definida” y no tienen problema en hacer una inversión inicial extra. Aunque reconoce que las dos ruedas eléctricas, a la larga, son una buena opción: "de gastarme de 150 a 200 euros en gasoil al mes he pasado a 50 euros de electricidad, como mucho”, apunta Gallego.
Las ventajas de las motos eléctricas salen a relucir especialmente en el ámbito urbano, cuando se circula a bajas velocidades y con muchas retenciones entre semáforos. En estas circunstancias es cuando un motor de combustión más gasta y más sufre, sin embargo, uno eléctrico prácticamente no tiene averías ni mantenimiento y su autonomía se maximiza con la frenada regenerativa.
Aquellos conductores que tenga que realizar una media diaria superior a los 30 km en ámbito urbano, obtendrán un importante ahorro de costes si se pasan a la movilidad eléctrica.