Hasta el momento el conductor que quedó
tetrapléjico tras chocar con una mula y con una minusvalía del 99 por ciento, solo
había recibido una indemnización de 90.000 euros por parte de la aseguradora de los
animales.
El desgraciado accidente tuvo lugar sobre
las 20 horas del 29 de febrero de 2004, cuando J.C.G. circulaba con su vehículo
por la carretera A-362, que une Utrera y Los Palacios. El conductor viajaba desde su
localidad de residencia, Algodonales, donde había pasado el domingo con su
mujer e hijos, hacia su lugar de trabajo en Rociana del Condado (Huelva), donde
se dedicaba a la recogida de la fresa.
A
la altura del kilómetro 5,600 de la A-362, según sostiene la demanda,
una mula irrumpió "bruscamente" en su sentido de circulación, por
lo que el afectado no pudo evitar la colisión. El animal murió a
consecuencia del impacto, mientras que el conductor sufrió graves
heridas y tuvo que permanecer ingresado durante más de un año en un centro
hospitalario. Finalmente, quedó tetrapléjico.
El abogado del conductor que quedó tetrapléjico tras chocar con una mula defiende que, en el momento de
la colisión, el demandante "estaba circulando de forma correcta y a
velocidad ajustada, sin que exista ninguna prueba que lo contradiga", por
lo que el accidente se produjo "por encontrar el vehículo accidentado un
obstáculo inesperado, una mula, que se interpone repentinamente en su carril y
sentido de circulación".
Igualmente, el letrado asevera que el animal "se encontraba transitando sin control junto a otra mula y cambió
bruscamente su sentido de la marcha para invadir el carril por el que
circulaba" el afectado, para quien "fue imposible prever esta circunstancia",
pues además "era de noche", por lo que "no se podía divisar a
las dos mulas hasta llegar prácticamente a su altura al no llevar distintivos
que permitieran divisarlas a distancia".
En consecuencia, "la única causa del
accidente fue la aparición repentina de la mula", subraya el abogado,
quien dice que los propietarios del animal, que niegan este extremo,
"denunciaron el robo de dos mulas en su finca", ubicada junto al
lugar del siniestro, al día siguiente, tras lo que sólo fue hallada
una, "pero no la otra, por razones lógicas".
A juicio del letrado, "hubo una
omisión del deber de cuidado en la custodia de las mulas" por parte de los
demandados, "más aún sabiendo que la finca en que se guardaban carece de
cercado en varias zonas y los animales podían acceder fácilmente a la
carretera, como efectivamente ocurrió".
Fuente: Europa Press