La propuesta de la Asociación Nacional de empresas del Sector de Dos Ruedas parte de un plan de incentivos dotado con 10 millones de euros que se repartirían en dos fases de seis meses y a razón de cinco millones de euros cada una.
El importe de la ayuda propuesta por Anesdor se situaría en 200 euros para ciclomotores, 300 euros para motocicletas de menos de 250 cc y 600 euros para las de más de 250 cc.
El plan PIVE para motos solicitado por Anesdor iría dirigido tanto a clientes particulares, como a autónomos, empresas y también entidades privadas y se adjudicaría con la condición de achatarrar un vehículo de la categoría L con al menos siete años de antigüedad (o del segmento M o N, con al menos diez años).
Los clientes que quieran acogerse al plan PIVE para motos tendrían que adquirir un vehículo nuevo (ciclomotor, motocicleta o triciclo) con unas emisiones de dióxido de carbono por debajo de 120 gramos por kilómetro.
El plan de incentivos no solo beneficiaría a los usuarios, la administración vería un retorno en forma de impuestos por valor de 20 millones de euros, ya que ingresaría 30 millones de euros en concepto de IVA, impuesto de circulación, matriculación y tasas.
Finalmente, el medio ambiente de las ciudades sería el mayor beneficiario pues de implementarse dicho plan, se lograría reducir en un 17% la emisión de dióxido de carbono ahorrándose la emisión a la atmósfera de 2.318 toneladas de (CO2), así como en un 85% las de monóxido de carbono con 1.205 toneladas menos de (CO) y en un 50% las de óxido de nitrógeno, que equivaldría a 16 toneladas menos de (NOx).
De hecho, las motocicletas tienen menores emisiones por pasajero que los automóviles, y ocupan tres veces menos espacios en circulación que un coche, por lo que mejoran la movilidad urbana y reducen entre un 50% y un 70% el tiempo tránsito de los automóviles en ciudad.