La función de las cámaras es similar a la de las cajas negras: aportar información en caso de accidentes donde se vean implicados los vehículos de la Policía. Además, servirán como una herramienta más para resolver los conflictos con ciudadanos.
Según el concejal de Seguridad, Juan Alcalá, “es una manera de dar más transparencia al trabajo de la Policía”. Las cámaras van asociadas a un sistema que recoge el itinerario de los vehículos y si el conductor está realizando una conducción eficiente.
Juan Alcalá, ha señalado que el ayuntamiento ha decidido dotar al parque de vehículos rotulados con estas cámaras de vídeo (cada una cuesta 400 euros) siguiendo una recomendación de la Unión Europea que recoge que los vehículos públicos deben ir equipados con cámaras, que hagan la función de caja negra.
Las imágenes grabadas pueden aportar información muy útil para la Policía. Por ejemplo, en caso de que la agente detenga un vehículo porque se ha saltado un semáforo en rojo o le sancione por aparcar mal, todo quedaría registrado.
Las cámaras pueden grabar de forma ininterrumpida durante 15 horas y basta con activar el contacto del vehículo para que empiecen a grabar. Las imágenes no se vacían por sistema y, pasadas las 15 horas, la tarjeta de memoria se vuelve a regrabar. Sin embargo, en caso de que cualquier objeto impacte contra el vehículo o haya un bache, la cámara separa automáticamente aquella secuencia del resto de imágenes y la guarda para su posterior análisis.