Conducir por una vía convencional, es decir, con un carril para cada sentido, es muy diferente a hacerlo por una autovía o autopista. Realizar una maniobra como adelantar supone invadir el sentido contrario, pero además es bastante frecuente encontrar imprevistos, desde una curva muy cerrada y con poca visibilidad a un ciclista o peatón por el arcén.
Máximo riesgo
Examinando las estadísticas de accidentes, lo primero que llama la atención es que en 2012 fallecieron en estas vías un total de 1.144 personas, frente a las 461, por ejemplo, que murieron en ciudad. A pesar de que la reducción de la mortalidad ha sido considerable, en carreteras convencionales perdió la vida el 84% de los conductores y el 60% del total de víctimas. Rosa Ramírez, subdirectora general de Análisis y Vigilancia Estadística de la DGT explica que “el índice de letalidad o el riesgo de muerte, es muy alto, el 2,8% respecto al 0,7% que existe en vías urbanas”. Salidas de vía, colisiones frontolaterales y por alcance o múltiple son los tipos más frecuentes de accidentes. Detrás de ellos, una distracción o conducción desatenta, un exceso de velocidad o una infracción a la norma (especialmente las de prioridad).
Salidas de vía
Federido Fernández, subdirector general de Gestión de Movilidad de la DGT, considera que en estas carreteras “si el conductor se sale por la derecha (accidente por salida de vía), como los márgenes no suelen estar despejados es posible que sufra un choque contra un árbol o algo similar; si se sale por la izquierda puede tener una colisión frontolateral al invadir el sentido cotrario”. La solución para evitar la accidentalidad consistiría, por tanto, según el subdirector de Movilidad, en “invertir en pintura y señalización y adaptar la velocidad a las características de cada carretera, puesto que no todas son iguales”.
Mal estado
Elena de la Peña, subdirectora general técnica de la Asociación Española de la Carretera (AEC), explica que “el 42% de las carreteras tiene obstáculos que no se encuentran debidamente protegidos; una de cada cuatro señales de código no garantiza una correcta visibilidad de noche o en condiciones climatológicas adversas y el 72% del firme presenta grietas en rodada”. El estado de la vía no solo resulta incómodo para los conductores, es un problema de seguridad vial, especialmente para los más vulnerables, como los motociclistas.