Internet y los cuentakilómetros digitales han facilitado, según los expertos del RACC, la práctica de este engaño, ya que para alterar los aparatos analógicos era necesario desmontar todo el cuadro de lecturas y el contador de kilómetros. Mientras que ahora con un dispositivo adquirido a través de Internet y siguiendo cuatro sencillos pasos, el estafador puede fijar el número de kilómetros que le convenga.
Cada manipulación de cuentakilómetros suele descontar entre 70.000 y 100.000 km en cada vehículo, lo que supone para el estafador ingresar hasta 8.000 euros de más.
Para evitar este fraude masivo, expertos del RACC han planteado algunas medidas, tales como tipificar como delito la manipulación del cuentakilómetros, algo que ya sucede en Alemania. La legislación española solo penaliza en la actualidad la obtención de beneficios con dicha acción. Delito, que en caso de demostarse, puede comportar penas de cárcel de hasta tres años si la cuantía de la estafa supera los 400 euros.
Del mismo modo, el Club de Automovilistas solicita que tanto los talleres oficiales, como las ITV, concesionarios y controles policiales informen de las lecturas del cuentakilómetros, y que dicha información se intercambie en los diferentes países miembros de la UE. Además piden a la industria del motor que incluyan medios adicionales que impidan la manipulación de los odómetros.
Este fraude no solo representa una competencia desleal para el sector, sino que además, y puesto que el valor real del vehículo es menor del percibido, provoca daños a la imagen de la marca del fabricante y las compañías aseguradoras reciben más reclamaciones. Además, los vehículos con más kilómetros también son más dañinos para el medio ambiente, al aumentar la emisión de gases contaminantes a la atmósfera.