Desde el principio pensaron en un sistema que cualquier motorista pueda comprar y adaptar de forma sencilla. Gracias a su diseño, este sistema de inyección EFI es capaz de montarse en motores monocilíndricos casi al mismo precio que un carburador. Una de las ventajas es el ahorro de combustible y una mejora de las prestaciones al hacerlo.
El secreto de un sistema universal de inyección electrónica está en elaborar una programación para la centralita electrónica ECU que prescinda de la necesidad de costosos sensores en el motor.
Ahora, Bosch plantea el siguiente paso, hacer el sistema EFI compatible con el smartphone del motorista, de tal modo que puedan recabar datos sobre el consumo de combustible entre otros parámetros, o incluso activar un inmovilizador electrónico.
De momento este sistema de inyección electrónica de combustible solo está disponible para el mercado europeo, aunque Bosch confía en extenderlo en los próximos meses para la India y el Sudeste Asiático, donde se esperan un gran crecimiento en la venta de motos para los próximos años.