Unas carreteras con una buena regularidad superficial, disminuye el consumo de combustible de un vehículo ligero en un porcentaje de 12-18%. Reducir un 10% del consumo de combustible en España supone un ahorro, sólo por este concepto, superior a los 1.000 millones de euros cada año.
Además el pavimento con un estado de conservación deficiente causa que los vehículos que circulan emitan un 34% más de emisiones de gases de efecto invernadero. Amén de provocar mayores congestiones de tráfico y de disminuir la vida útil de los vehículos hasta en un 25%, acelerando el envejecimiento del ya de por si obsoleto parque automovilístico español.
Un firme deteriorado obstaculiza la cohesión del territorio, limita el acceso a bienes y servicios básicos e incide negativamente en la economía en la medida en que incrementa los costes para los usuarios y empresas. De la inversión en carreteras dependen 85.000 empleos directos, 52.000 indirectos y el 0,4% del PIB de España.
Fuente: Asefma