Aunque la conducción debería atraer toda nuestra atención, lo cierto es que cada vez más elementos dentro y fuero de los vehículos nos distraen desviando la atención sobre lo que sucede delante. Además las condiciones lumínicas pueden hacer difícil la visualización de otros vehículos. En este sentido los vehículos, - y las indumentarias para el caso de los motociclistas-, de colores llamativos pueden ser visualizados unas décimas de segundo antes que los de colores oscuros. En concreto los vehículos de color marrón y negro son los que más probabilidades tienen de sufrir un accidente por alcance.
El color del asfalto también es muy importante psicológicamente hablando, en especial para los motociclistas que asocian de forma automática una carretera con el asfalto de color negro más intenso con una mayor seguridad. Esta sensación de seguridad puede llevar a circular a velocidades más elevadas, sin tomar en consideración otros riesgos, como la presencia de gravilla de las carreteras recién asfaltadas, o la falta de sistemas de protección para motociclistas (SPM) en los guardarrailes.
Finalmente el color que se utiliza en las marcas viales de la carretera también está estudiado desde el punto de vista fisiológico. Tanto el blanco como el amarillo son los colores que más resaltan sobre la superficie negra del asfalto. El blanco porque ofrece el mayor contraste y el amarillo porque es el color que más fácilmente detecta el ojo humano.