Según la DGT el año pasado 1680 personas perdieron la vida como consecuencia de un accidente de tráfico, por lo que María Seguí recuerda que "los límites de velocidad no han variado y siguen siendo los vigentes hasta ahora". Es decir, la velocidad genérica máxima para turismos y motos en autopistas y autovías sigue siendo de 120 km/h. En carreteras secundarias, de 100 km/h o 90 km/h en función de la anchura del arcén; y en vías urbanas, el límite está en 50 km/h.
Sin embargo, la DGT ha detectado a un millón de conductores que el año pasado circulaban con exceso de velocidad. El análisis de los datos de la siniestralidad de 2013, nos indican que el factor velocidad estuvo presente en el 22% de los accidentes mortales. Lo que no se indica en ningún caso es si ese factor estaba unido a la presencia de drogas o alcohol en el conductor, o a un mal estado de la vía. Y en caso de ser así, que proporción de culpabilidad cabe achacar al exceso de velocidad, y cuál al resto de factores confluyentes.
Respecto a los peatones, el informe de la OMS (Organización Mundial de la Salud), establece que a partir de 80 km/h es prácticamente imposible que un peatón se salve en caso de atropello. A una velocidad de 30 km/h, el riesgo de muerte del peatón se reduce al 10%. De ahí la importancia de respetar los límites de velocidad en las ciudades, donde un mayor número de usuarios de la vía confluyen diariamente.
Fuente: DGT