La relación que se comprueba especialmente intensa mientras dormimos se debe a una hormona llamada cortisol, según explica Julio Díaz científico titular de la Escuela Nacional de Sanidad del Instituto Carlos III. Cuando el cuerpo duerme dentro de un entorno ruidoso, desencadena una serie de reacciones de estrés que “vuelcan” diversas sustancias al torrente sanguíneo. Ente ellas se encuentra el cortisol, una hormona directamente relacionada con la diabetes.
Pero el estudio va más allá, pues no solo relaciona el ruido con la diabetes sino que además vincula la mortalidad con dicha enfermedad. Según Julio Díaz, "después de un pico de ruido, a los dos o tres días se observa un pico de mortalidad por diabetes, especialmente en los mayores de 65 años. Si se bajase el nivel del ruido en 0,5 decibelios, se evitarían en torno a 350 muertes al año en mayores de 65 años en la ciudad de Madrid”.
"La gente no es consciente de la magnitud del problema", opina Díaz, que pone cifras a lo que supondría reducir el ruido de las ciudades: según un estudio de este mismo grupo de investigadores (todavía sin publicar), si se bajase el nivel del ruido en 0,5 decibelios, se ahorrarían en torno a 350 muertes al año en mayores de 65 años en la ciudad de Madrid.
Estos son solo algunos de los efectos negativos que tiene el tráfico sobre nuestra salud. Pero hay más efectos nocivos relacionados con enfermedades cardiovasculares y respiratorias.