El historial de actividades criminales de estas bandas va desde el tráfico de armas y estupefacientes, al blanqueo de capitales y otros delitos menores como el allanamiento de morada, la extorsión y los robos con violencia.
Las ochenta investigaciones abiertas a nivel europeo han destapado además varias tentativas de homicidio y asesinato. La información que manejan los cuerpos policiales apuntan hacia el club Saturadah MC “el primer grupo que aterrizó en nuestro país desplegando seis secciones diseminadas por Cataluña, Madrid, Galicia y Andalucía, donde cuenta con una mayor presencia. Entre sus integrantes, figuran principalmente ciudadanos holandeses. Su implantación como banda ha sido acompañada del establecimiento de negocios lícitos en diferentes sectores como la hostelería, el motor o la mecánica, así como el mercado inmobiliario que, regentados por sus miembros de manera exclusiva permiten camuflar entramados para dar opacidad a los beneficios con las actividades ilícitas cometidas en su país de origen”.
Los conflictos internos en este grupo han propiciado la escisión y aparición de un nuevo grupo llamado No Surrender MC que podría contar con hasta 160 miembros en España.
Para evitar la expansión de estas bandas criminales camufladas como grupos moteros, desde el Ministerio del Interior se ha llegado a prohibir sus eventos e incluso la exhibición de sus distintivos.