Teniendo en cuenta el estado de deterioro de muchas vías y las vidas y amputaciones que salvarían instalar más sistemas de protección para motoristas (SPM), desde el Ministerio de Fomento apuestan por seguir expandiendo la red viaria de alta capacidad española.
Hasta tres mil coches al día esa es la tasa media de ocupación de la actual carretera autonómica que une Monforte (20.000 habitantes) y Chantada (9.000 ha), al sur de la provincia de Lugo. A pesar de tan bajo volumen de tráfico, el Ministerio de Fomento acaba de aprobar el trazado definitivo de la nueva autovía de 37 kilómetros y que tendrá titularidad estatal.
Ni las dudas presentadas por el Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente sobre su rentabilidad o incluso su idoneidad han logrado paralizar el proyecto. El primer trazado que data de mayo de 2007, con un coste estimado de 130 millones de euros, tenía “impacto”, admite el ministerio, sobre el monasterio románico de San Estevo de Ribas do Miño, catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC) y situado a tan solo 150 metros de la carretera actual.
El Ministerio de Medio Ambiente aprobó recientemente la Declaración de Impacto Ambiental, pero estableció que, “como condición previa para considerar la viabilidad ambiental del proyecto, deberá justificarse de forma rigurosa su necesidad” ya que “del estudio económico realizado se deduce que en ningún caso estaría justificada la inversión”.
La rentabilidad está en entredicho puesto que la tasa de ocupación media es de 3.353 vehículos día, y que en los picos de mayor tránsito que se dan en el mes de agosto, se alcanzan los 4.100 vehículos. De toda la red de carreteras de la Xunta (5.500 km), aproximadamente la mitad tienen más tráfico diario que la citada carretera, y de ellas solo 430 km son vías de alta capacidad. Entonces, ¿cuál es el verdadero interés que se esconde tras esta obra?