Retorcerle la oreja a la Ninja H2 debe ser una sensación parecida al salto al hiperespacio del Halcón Milenario (¡cuando lo conseguía!). Las fotos “filtradas” del modelo, y la información oficial sobre sus 300 CV de potencia, han terminado por despejar las dudas que nos asolaban en los últimos días (bicilíndrico, tricilíndrico, 250cc, 750 cc…). El modelo turbo de Kawasaki es radical como pocos, no en vano necesita de una estudiada aerodinámica con un chasis de fibra de carbono que presenta alerones para mantener sus neumáticos ¡pisando el asfalto!.
Sorprende pues, que un modelo con toda esta tecnología y prestaciones confíe su estructura a un chasis de tubo de acero convencional. Pintado, eso sí, en un llamativo color verde metalizado Kawasaki. Sin embargo el basculante monobrazo sí parece fabricado en aluminio.
La ausencia de faros delanteros ya nos alertan de que el modelo en realidad, no está homologado para circular por la calle, es una moto diseñada estrictamente para las carreras en circuito.
El fabricante japonés se posiciona así entre el reducido grupo de marcas capaces de deslumbrar con su tecnología. Así lo hizo Ducati con la 1199 Superleggera, un referente al alcance de muy pocos bolsillos, pero que sirve como estandarte de la marca italiana, y así lo hace Kawasaki Heavy Industries con su H2R con tecnología turbo y 300 CV de potencia.
La exclusividad deportiva de la H2, que no se ajusta a las especificaciones de ningún campeonato actual, podría ser de hecho un acicate para que Kawasaki inicie su propio “turbo” campeonato de “Hyperbike” (el término “Superbike” se le queda corto).
Pero sobre todas las cosas, la Kawasaki Ninja H2 supone el inicio de una nueva era en el mundo de las dos ruedas, en la que los motores turboalimentados con menor cilindrada y número de cilindros conseguirán prestaciones muy considerables a la par que se reducen la contaminación y el consumo de combustible.