La revisión de la geometría del chasis va encaminada a facilitar su conducción. A ello hay que añadir un motor supervitaminado que ahora consigue 6 CV más (potencia máxima 199 CV) y que viene acompañado de una reducción de 4,1 kg de peso, para parar la báscula en los 204 kg con todos los llenos (incluido ABS y depósito de combustible).
Una caja de admisión de mayores dimensiones para recibir el mayor caudal de aire proveniente de su rediseñada entrada de aire forzado en el morro, y una culata revisada, contribuyen al aumento de potencia. El aumento de par se nota en la curva que dibuja el motor de 998 cc a partir de las 5.000 rpm, convirtiéndola en una curva más lineal y aprovechable.
La nueva batería y la eliminación del silencioso frontal es lo que más ayuda a la reducción de peso, aunque el chasis también es más ligero en la versión del 2015. Tanto la distancia entre ejes, como el lanzamiento de la dirección y el eje del basculante han sido modificados en aras de una mayor agilidad.
La BMW S1000RR viene equipada con una versión mejorada de la suspensión electrónica DDC, como ya se había visto en la BMW HP4.
Pero quizá la novedad más interesante sea la incorporación del Control de Velocidad, lo que sin duda es una primicia dentro del segmento de las superdeportivas.