Construidas entorno al cuatro cilindros en línea de la GSX-R 1000, los dos nuevos modelos han sido adatados para su uso en la calle. Pero Suzuki no se ha contentado con modificar la ciclísticas de la superdeportiva, ha diseña un chasis totalmente nuevo. Compacto y ligero, ha sido desarrollado en aluminio para incrementar su facilidad de manejo. Algo a lo que también contribuye la altura del asiento a 815 mm del suelo.
También recibe buena nota el sistema de control de tracción de 3 modos (sorprendentemente algo que aún no ha sido adoptado por la deportiva) y el ABS.
Las suspensiones Kayaba tiene ajuste en precarga y extensión, y la horquilla también Kayaba de 43 mm es totalmente ajustables. Los frenos se confían a unas pinzas monobloc Brembo montadas radialmente.
Luces LED, panel de instrumentos digital, ancho manillar Renthal Faltbar, son características de ambas versiones. Aunque en la carenada GSX-S1000F se aprecia un look más agresivo, amén de ser más adecuada para los viajes de larga distancia.
A falta de conocer el precio en Europa, está claro que su baza antes que el refinamiento tecnológico o estilístico será el precio de adquisición. Lo que sí sabemos, es que estará disponible en tres colores: rojo, azul y gris mate.