La simple disponibilidad de estos cargadores rápidos para los vehículos eléctricos en las carreteras británicas ha supuesto un incremento sustancial del interés de los británicos por los vehículos eléctricos.
Los cargadores rápidos se encuentran actualmente en el 90% de las gasolineras de las autovías británicas. Los vehículos eléctricos pueden utilizar esta infraestructura de recarga de forma gratuita. Un vehículo eléctrico medio puede recargar su batería en unos 20-30 minutos y continuar su viaje.
La electricidad de estos cargadores proviene de placas solares o del viento, por lo que los usuarios pueden estar tranquilos por su impacto medioambiental. El objetivo del Gobierno de Reino Unido es alcanzar el 100% de estaciones de repostaje con puntos de recarga eléctrica superápida para fin de año.