La moto cuenta con un set completo de accesorios de Rizoma realizados en aluminio y carbono. Comienza por un conjunto de semimanillares con el estilo de los años 70s, también se puede optar por un “drag-bar” al estilo de algunos modelos de Harley-Davidson.
Las estriberas son ajustables en seis posiciones diferentes, kit de montaje de placa en el brazo lateral, tres soportes de placa diferentes a elegir (FOX, Outside y Side Arm), piloto trasero rediseñado e indicadores de dirección Club S de Rizoma.
También podremos adquirir unas preciosas placas cubremotor en aluminio anodizado, guardabarros delanteros rediseñados, cubre culata de aluminio, escapes acabados en color negro brillante y espejo redondo.
En la parte frontal inferior encontramos un cubre cárter en aluminio mecanizado con una ventana transparente personalizada con el número 90 (por los noventa años), a través de la cual se puede observar el interior del motor.
Finalmente las entradas de aire y la cola de escape pueden ser personalizadas con sendas piezas de aluminio que aúnan elegancia y exclusividad, con un toque de distinción italiano.
La cúpula de aluminio visto, presta una presencia más agresiva al frontal, a la par que ofrece una mínima protección aerodinámica para los relojes y para el piloto.
¿Cuánto cuesta? Mucho, pero a cambio tendremos una moto verdaderamente elegante, en una Café Racer que ya fue concebido desde su origen para facilitar el trabajo de personalización.