El centro histórico de Roma, situado entre las murallas Aurelinas, es el área con mayor número de desplazamientos de la ciudad, que en hora punta asciende hasta 126.000.
El Nuevo Plan General del Tráfico Urbano limitará el tráfico que podrá acceder al centro histórico de Roma con el fin de crear una “isla ambiental” en la que quede excluido todos los vehículos contaminantes (acústica y medioambientalmente). En esta isla sin tráfico nos encontraríamos con la Piazza da San Pietro, la Fontana di Trevi o la Trastevere, entre otras zonas de interés histórico, turístico y monumental.
La medida afectará a una quincena de calles en las que se imponen fuertes limitaciones al tráfico, pues solo podrán circular, el transporte público, residentes y vehículos autorizados o de carga y descarga, hasta las once de la mañana.
Entre la polémica iniciativa experimental, los vehículos eléctricos también entran dentro de la categoría de vehículos prohibidos porque solo podrán acceder los que pertenezcan a residentes. Lo mismo sucede con las muy apreciadas motocicletas y ciclomotores de no residentes, lo que cambia el concepto de movilidad que ha imperado hasta ahora en las capitales europeas.
Las motocicletas son el medio de transporte elegido por 600.000 usuarios en Roma, de los cuales 24.000 las utilizan a diario para esquivar los atascos del centro en hora punta.