Según la licitación publicada en el Boletín General del Estado, la empresa adjudicataria tendrá un plazo de dos meses para entregar las nuevas unidades de radar. Unidades que están compuestas por cinemómetro de tecnología láser de barrera, unidad de captación fotográfica con cámara digital de alta resolución o posicionador con dos cámaras fotográficas digitales con objetivos gran angular, ordenador de captura y almacenamiento, flash con sincronizador, baterías y cargadores, trípode y soportes para vehículo y maletas de transporte.

Gracias a los 30 nuevos radares láser que tendrán un coste de 1.996.500 euros, la  DGT pretende mantener su cifra de recaudación por multas en unos 360,91 millones de euros en 2015.

Los nuevos radares láser se pueden instalar sobre trípodes, vehículos estacionados o en cabinas de arcén, y utilizan una tecnología láser de barrera mediante un dispositivo que se coloca al borde de la carretera que se encarga de emitir dos haz láser infrarrojos que cruzan la carretera perpendicularmente. Ambos haz están separados por solo unos centímetros, y cuando un vehículo cruza el primer haz comienza un cronometro que mide el tiempo que tarda hasta cruzar el segundo. En función de dicho tiempo se calcula la velocidad del vehículo hasta un máximo de 320 km/h (velocidades superiores no pueden ser registradas).

Además el sistema calcula la separación entre el vehículo y el radar situado al borde de la calzada, la longitud y el año del mismo, así como la distancia y el tiempo entre dos vehículos consecutivos.

Una vez detectado un vehículo infractor se dispara la cámara digital que toma dos fotografías una fotografía de la parte trasera del mismo con panorámica del lugar y otra del conductor. El sistema puede monitorizar varios carriles simultáneamente, tanto de día como de noche, en calzadas rectas o curvas.

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