Asociación Mutua Motera

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¡No es una moto, nena, es una “chopper”!Imprimir
21 de Octubre de 2014
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¡No es una moto, nena, es una “chopper”!

“¿Dónde conseguiste esta moto?”, pregunta Fabienne (María de Medeiros) a Butch (Bruce Willis) en una escena de Pulp Fiction. “No es una moto, nena, es una chopper”, contesta él. Esta cita cinematográfica aparece recogida en el inicio del primer libro histórico sobre las motos modificadas, The Chopper –The Real Story, escrito por una autoridad en la materia, Paul d´Orléans (alias The Vintagent).

Una cita que aparece al inicio del libro y que realmente sirve de declaración de intenciones. La chopper no es una moto al uso, es una visión artística y personal que representa uno de los símbolos vernáculos de los Estados Unidos, como el Jazz o el rock´n´roll. Las chopper son uno de los productos culturales más exportados desde comienzos del Siglo XX.

Quizá la moto chopper más representativa sea la que conducía Peter Fonda (Wyatt, alias Capitan America) en Easy Rider (1969). Una Harley-Davidson modificada a la que elminaron todo lo accesorio, instalaron un tanque de gasolina reducido y pintado con las barras y estrellas de la bandera americana. Pero lo más llamativo era su manillar sobre elevado –cuelgamonos-, la larga horquilla y el neumático delantero más fino de lo normal. Con su inconfundible sonido, es un símbolo de la liberta y rebeldía de los hippies de los años 60.

Aunque la historia de preparación es poco conocida. En realidad no fue preparada por un blanco Dan Hagherty (que solo se encargó de su mantenimiento), sino por dos afroamericanos Cliff Vaughs y Ben Hardy. Se crearon dos unidades idénticas y una fue robada nada más comenzar el rodaje por lo que el resto del film fue rodado con un solo modelo. Un modelo que se ha convertido en pieza de culto y fue subastado hace pocos días por 3,5 millones de dólares (2,7 millones de euros).

El libro nos describe por tanto la historia de las chopper, de su papel especial en la cultura americana y su exportación al resto del mundo. De cómo un simple vehículo con motor y dos ruedas pasa a convertirse en una obra de arte, eliminado lo innecesario y creando una contracultura sobre la libertad y el lado rebelde de la vida.

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