Debemos empezar aclarando que realmente no es ninguna novedad, hace ya años que otras entidades relacionadas con el mundo del seguro ofrecen este tipo de servicio a sus clientes.
Por otra parte y entrando en materia, el objetivo pretendido es que el usuario pegue la pegatina en su casco y sirva para que, en caso de accidente, los servicios sanitarios puedan leer dicho código con un teléfono inteligente o dispositivo similar, que permita la lectura de códigos BIDI y pueda acceder directa y rápidamente a sus datos sanitarios fundamentales (grupo sanguíneo, alergias, patologías, etc.).
La teoría suena bien, pues se podría ahorrar tiempo de actuación y evitar riesgos de suministrar transfusiones o medicamentos que puedan perjudicar al herido.
Sin embargo la práctica es diferente, pues hay algunos inconveniente que como usuarios, debemos tener muy en cuenta a la hora de usar este tipo de accesorios y que podemos resumir en los siguientes puntos:
1-. Los servicios sanitarios no están dotados oficialmente con dispositivos destinados a leer códigos BIDI de los lesionados.
2-. Los servicios sanitarios no hacen caso de este tipo de información debido al riesgo de error y la responsabilidad civil que recaería en el sanitario que hubiera adoptado decisiones en base a la información transmitida mediante este sistema.
Ejemplo de ello puede ser cuando prestamos o nos prestan un casco. Si tenemos un accidente, ese casco que nos han dejado tiene la pegatina BIDI correspondiente a su dueño y nos suministran un tratamiento basado en un historial que no es el nuestro y que nos ocasiona problemas médicos o incluso la muerte ¿quién es el responsable?
Obviamente el médico que se fió de una información que no le daba garantías.
Por este motivo y porque ningún profesional de la sanidad va a arriesgar la vida de un paciente innecesariamente, este tipo de dispositivos en la práctica no se utilizan.
Tan solo hay excepciones muy puntuales de pacientes muy concretos y que llevan sistemas similares, pero siempre en casos en los que el riesgo de error es nulo. Por ejemplo en competición o en determinados casos de enfermedades críticas. Y siempre se realiza con accesorios mucho más personales y menos expuestos que una pegatina en un casco.
3-. El código BIDI incluye datos muy personales, no solo nombre, apellidos, nº de la seguridad social, domicilio, personas de contacto, etc., sino precisamente la información para la que ha sido creado, es decir nuestras enfermedades, alergias, grupo sanguíneo, etc.
Los códigos BIDI son legibles por cualquier dispositivo dotado con una aplicación capaz de interpretar dicho código, y este tipo de aplicaciones en su mayoría son gratuitas y están al alcance de cualquiera.
Todo esto quiere decir que cualquiera que acerque su teléfono móvil a la pegatina de nuestro casco, puede captar y almacenar en su teléfono toda nuestra información personal y sanitara en solo un segundo, y un segundo después difundirla por Internet, venderla al mejor postor o sencillamente guardarla sin autorización ni conocimiento de su propietario
Desde la Asociación Mutua Motera por tanto, aconsejamos que antes de pegar este tipo de pegatinas en nuestro casco o cualquier otro lugar visible, se tengan muy en cuenta las desventajas que pueden reportar en comparación con las teóricas ventajas que se anuncian por las empresas que los promueven.
Asociación Mutua Motera