Según confirmaban desde la Subdelegación del Gobierno, los trabajos de remodelación de la autovía A-1, concretamente la concesión de mejoras entre Santo Tomé del Puerto y Burgos, que cuenta con un presupuesto de 14,1 millones de euros, no sólo se están centrando en la mejora del firme sino en la sustitución de los antiguos guardarraíles por sistemas para salvaguardar lo máximo posible la integridad de los motoristas que sufren un accidente y salen despedidos contra estas barreras de protección, pensadas únicamente para los vehículos.
De hecho, el proyecto de la A-1 recoge la reparación del firme, aumento de los carriles de aceleración e incorporación, mejora de los peraltes, la corrección de las curvas en tramos peligrosos y la creación de nuevas vías de servicio.
Ya se pueden ver algunos de estos sistemas de protección colocados entre Burgos y Lerma. Se han instalado en aquellos tramos potencialmente más peligrosos para este tipo de vehículos. Es el caso de la zona cercana a Cogollos, allí ya hay colocados quitamiedos. La reforma de esta carretera ha servido para colocar unos dispositivos que llegan con varios años de retraso, después de que hubiera problemas con la homologación de los que se empezaron a colocar en vías de la red nacional en 2006.
De hecho, el Ministerio tenía prevista una inversión de 65 millones de euros para instalara más de 1.600 kilómetros de quitamiedos para motoristas entre 2008 y 2012.
En el caso de la provincia, el proyecto estaba concebido para instalar sistemas de protección en diez carreteras.
En 2009, la Dirección General de Tráfico (DGT) decidió paralizar la colocación de estos sistemas después de que la asociación Mutua Motera denunciara ante los tribunales al Ministerio de Fomento porque el modelo que se había elegido no cumplía con la normativa UNE 135900.
Los problemas con la homologación hicieron que se retrasase la licitación que estaba prevista para la autovía A-1, ante las dudas surgidas sobre la homologación de estos sistemas.
La colocación de estos sistemas de protección en carreteras como la autovía A-1 son bien recibidos por los motoristas de la provincia.
Fernando Somoza, presidenta del asociación de motoristas Fundadores 884, indica que «ya iba siendo hora» de que pusieran estos dispositivos que, añadió, se deberían ir extendiendo a otras carreteras de la provincia.