El pasado miércoles 16 de febrero, se celebró reunión del Consejo Directivo de la Asociación Española de la Carretera (AEC), del que forma parte la Asociación Mutua Motera (AMM).

En dicha reunión, entre otras cosas de interés, se ha tratado el trabajo que está realizando la AEC a través del Comité de Promoción y Defensa de la Carretera en el sentido de "...despertar la conciencia sobre la necesidad de actuar frente a la situación de absoluto abandono político en que se encuentra actualmente la infraestructura de carreteras..."

Este reconocimiento-denuncia, tiene especial valor, más si cabe, viniendo de la AEC, Asociación que defiende y promueve el uso de la carretera, su construcción y conservación en las más altas cotas de calidad, en la que están representados todos los que son, y los que saben, en este mundo de la carretera, y que cuenta con socios como la Dirección General de Tráfico o el mismísimo Ministerio de Fomento, entre otras Administraciones, como todas las Consejerías de Obras Públicas de las CCAA.

Que muchas carreteras están en un estado inaceptable para la seguridad de los usuarios en general, y en especial para los más vulnerables como los motoristas, ya no es una denuncia de la AMM o de las demás asociaciones de motoristas, es un reconocimiento expreso de la AEC, y tácito de la propia Administración, a través del foro donde se debate todo lo concerniente a la carretera.

Esta denuncia no es nueva, ya que han sido múltiples las jornadas, notas de prensa e incluso, cartas abiertas al Ministro, en las que se alertaba sobre el coste social y económico para los ciudadanos y futuro para el Estado, de no conservar adecuadamente las carreteras.

Como ejemplo de ello la AEC advierte que por cada euro que no se invierte en conservación en el momento adecuado, supone invertir 5 € de conservación atrasada o 25 € en reconstrucción, cuando la conservación ya no es viable para mantener la carretera en el estado adecuado.

En 2010, según datos de la AEC, no se ha invertido ni un solo euro en reparación de firmes, y la partida destinada a conservación general, se ha reducido en un 50% respecto a lo presupuestado.

Podemos entender que ante la crisis se reduzca la inversión en construcción de carretera nueva, además, no quedan tantas vías nuevas realmente necesarias; pero lo que no podemos aceptar como ciudadanos, es que lo ya construido, que nos pone en la vanguardia de Europa, se deje arruinar por falta de conservación y nos lleve de nuevo a la cola del continente.

Muchas veces hemos reivindicado la responsabilidad de los funcionarios y responsables de empresas que por negligencia ocasionan accidentes o agravan estos, pero... ¿y la responsabilidad de los políticos? ¿Qué puede hacer un técnico si el político no le provee del presupuesto adecuado para hacer su trabajo en defensa de la seguridad de los ciudadanos?

Quizá en este ámbito no sea suficiente la tan manida responsabilidad política, la que decidimos los ciudadanos en las urnas, quizá esta responsabilidad, sobre todo cuando cuesta vidas humanas, haya que buscarla en los tribunales, igual que para todos los ciudadanos de este país.

Asociación Mutua Motera