La nueva infraestructura es más amigable con el conductor lo que le permite adaptarse de forma intuitiva, evitando que su instalación incremente los accidentes en los primeros días.

“Es como cualquier nueva infraestructura que se pueda introducir en cualquier ciudad; solo habrá que ir acostumbrándose, como ocurre en otros casos, por ejemplo cuando se abre una nueva calle”, comenta Borja Alonso, experto de la Universidad de Cantabria que ha colaborado junto con los técnicos del Ayuntamiento de Santander y la Policía Local en los estudios previos a la implantación en dos vías de la ciudad.

En Santander se pondrán en servicio dos turbo-rotondas en Valdecilla y en el cruce de la S-20 con La Albericia. Se caracterizarán porque desparece la lista central circular y se dibujan dos semicírculos asimétricos o en elipse y una clara señalización horizontal que encauza al tráfico indicando de forma muy visual el carril a adoptar según tu destino. En algunos emplazamientos las glorietas 2.0 tiene un solo carril, lo que sin embargo no les resta eficiencia.

Su función es incrementar la capacidad de las rotondas con mayor densidad de tráfico, mediante un diseño específico que impone disciplina a los conductores “obligándoles” a tomar el carril más adecuado para su destino.

Sin embargo también tienen sus puntos débiles, las turbo-rotondas necesitan más espacio que una glorieta tradicional y deben ser cuidadosamente estudiadas para cumplir adecuadamente su función, por lo que no se plantea una sustitución masiva de las glorietas tradicionales por las 2.0.

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