Los modelos impulsados por la Dirección General de Tráfico de Ourense incluye un test para notificar casos de conductores de avanzada edad a los que se les detecta una disminución de sus facultades físicas para conducir vehículos.

La ley de protección de datos personales y del historial médico dificulta que la DGT tenga acceso a este tipo de información, a pesar de que en la provincia de Ourense la edad comienza a ser un serio problema en seguridad vial. “Aquí nos come el envejecimiento”, apunta el jefe provincial de la DGT, David Llorente.

Otro modelo implantado con éxito en Ourense es el seguimiento de personas que tienen retirado el permiso de conducir por una sentencia judicial. La propia DGT de Ourense envía la información a la Policía y la Guardia Civil con el fin de que los identifiquen y realicen un seguimiento físico para evitar que incumplan la condena.

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