Desde su aparición se comercializaron diferentes versiones hasta que en 1974 cambió la moda. A partir de 1999 volvió a producirse lanzándose la W650, que sería posteriormente reemplaza por la W800 del 2007. Ahora, en plena ebullición del estilo neo-reto, la W800 Black Edition tiene todas las papeletas para triunfar.
Con respecto a la W650 la W800 tiene un motor de mayor cilindrada, a pesar de lo cual es un modelo ideal para conducirse con el carné europeo A2. La potencia del bicilíndrico en paralelo de 773 cc e inyección electrónica es de 35 KW (47,2 CV), con un par motor de 60 Nm @ 2.500 rpm. Es una buena cifra de par, que se entrega a la rueda a través de un cambio de 5 velocidades, ¡también de lo más retro!
El apartado de frenos no es especialmente brillante, aunque sin dejar de desmerecer al conjunto. Para la rueda delantera se recurre a un disco único de 300 mm, mientras que para la trasera se ha resucitado al viejo sistema de tambor de 160 mm. Esto invita a conducir la W800 de forma tranquila, sin hacer un abuso de las frenadas.
El peso también acompaña a hacernos sentir a los mandos de un modelo de antaño, sus 217 kg en báscula no nos dejarán indiferentes. De todos modos la Kawasaki W800 Black Edition es una moto muy cómoda, con espacio suficiente para dos personas y con la posibilidad de montar maletas.
En definitiva estamos ante un modelo que puede aportar un toque de personalidad y elegancia a nuestros desplazamientos urbanos, a la par que nos permite escapaditas de fin de semana por un precio ajustado de 8.590 € para los mercados europeos.