Seguramente no quede ninguna sola persona residente en España que no se haya enterado de que hoy entra en vigor la limitación de velocidad máxima de 110 km/h en autovías y autopistas de todo el territorio español. Desde que la medida fue anunciada hace apenas 10 días, la mayor parte de la sociedad se ha manifestado en contra de esta polémica situación. La reducción de la velocidad llega en un momento en el que cada vez había más presión para aumentar el tope de 120 km/h, que lleva en vigor durante décadas a pesar de que los coches de hoy son mucho más seguros y potentes que antes.
A esta situación se ha llegado porque el Gobierno quiere reducir el consumo de gasolina y gasóleo para ahorrar en la factura de combustible, en máximos históricos en los últimos días. La situación afecta a toda Europa en general, pero es curioso que en otros países no han tomado estas medidas sino que pretenden incrementar el límite de velocidad. Hace unos días Holanda aprobó elevar el límite de 120 km/h vigente hasta ahora, y este mismo fin de semana Reino Unido ha planteado una propuesta parecida.
En el caso de Holanda, la situación era la misma que en España, con el tope de 120 km/h. El Gobierno decidió comenzar a incrementar la velocidad máxima hasta los 130 km/h, aunque la cosa irá con calma. De momento sólo se puede circular a esta velocidad en unos pocos tramos, aunque en los próximos meses se irá ampliando la zona influencia hasta cubrir casi un tercio del total de kilómetros de autopistas holandesas.
Las razones que ha esgrimido el gobierno del país es que esto mejorará la fluidez de la circulación y también la seguridad de los conductores. Los holandeses podrán disfrutar ahora de una mayor velocidad media en todos los puntos de la red de autopistas: donde antes había limitación a 80 km/h, ahora será elevada hasta 100 km/h, y donde antes había 100 km/h ahora habrá 120 km/h. Y mientras, en España vamos a peor. ¿Envidia sana? Por supuesto.
En el caso del Reino Unido, de momento no hay ninguna decisión clara pero el ministro de Transporte anunció la semana pasada que están sopesando seriamente elevar la velocidad máxima de sus autopistas. Desde 1965, el Reino Unido tiene una limitación de 112 km/h (70 mph), lo que lo convertía en uno de los países más severos de Europa a este respecto. Ahora, pretenden elevar esa cifra hasta los 128 km/h (80 mph), mucho más acorde con la realidad tecnológica y de infraestructuras.
La razón principal por la que quieren tomar esta decisión es porque creen que contribuiría a mejorar la economía del país, ya que los ciudadanos realizarían los traslados de manera más rápida. Aunque abrirán la mano en este aspecto, en los cascos urbanos pretenden poner en marcha las restricciones que también se preparan en España: quieren reducir la velocidad máxima de 48 a 32 km/h (de 30 a 20 mph), debido a razones de seguridad vial y ecológicas.
Y la pregunta obligatoria ¿cuándo veremos esto en España? Después del jarro de agua fría de los últimos días, ahora parece muy lejano que en un futuro a corto plazo se pueda aumentar la velocidad máxima más allá de los 120 km/h. De momento, se cree que la limitación a 110 km/h durará hasta el 30 de junio de 2011, aunque no se puede descartar ninguna ampliación de la restricción. Pasar de 120 es una utopía de momento, así que toca armarse de valor.