“Estas cosas, aunque te gusten, te hacen ver que te haces mayor”, comenta, a la par que alaba a la población jerezana y su trazado “es un honor para mí recibir una placa conmemorativa dedicada a mi trayectoria en la avenida Álvaro Domecq de Jerez, junto a grandes campeones de la talla de Ángel Nieto o Giacomo Agostini. Jerez es mi segunda casa, en 1981, en la última carrera que se disputó en el circuito urbano de Merca Jerez, gané en la categoría de 50cc y fui segundo en la de 125cc. Y también gané la primera carrera de 80cc que se disputó en 1986 en el circuito permanente. Guardo muy buenos recuerdos de Jerez, por eso la considero mi segunda casa. Estoy muy feliz de ser reconocido aquí en Jerez. Por un lado me siento joven pero estas cosas, aunque gusten, te hacen darte cuenta de que te haces mayor. En su día se hablaba de que Assen era la catedral del motociclismo, y era cierto, pero considero que Jerez le ha quitado ese privilegio, por la afición, por el ambiente, y por el modo en que se viven las carreras aquí. Estoy muy satisfecho de formar parte de la historia de Jerez”.

Y como ya es tradición, tras descubrir la placa Aspar firmó una bota de vino de Jerez en un acto celebrado en la sede del Consejo Regulador del Vino y el Brandy, y dejó sus huellas inmortalizadas en barro con el objeto de formar parte de la próxima exposición con todas las personalidades e instituciones homenajeadas.

Con la placa de Aspar ya son seis las estrellas de la fama descubiertas tras las de los campeones del mundo Ángel Nieto y Giacomo Agostini, el precursor del Circuito de Jerez, Francisco Pacheco Romero, las dedicadas a la Federación Internacional del Motociclismo (FIM) y a la Real Federación Motociclista Española (RFME).