Las fotos hablan por sí solas; un casco que debería soportar con solvencia cinco pruebas de impacto, queda completamente destruido en la segunda y trasmite una fuerza de 1000 G a la cabeza del usuario cuando el límite legal es de 275 G.
Las correas de la hebilla se puede arrancar con la mano y la propia hebilla se puede aplastar con la fuerza de nuestros dedos, lo que convierten al casco Jiekai JK1000 en ilegal, inútil y potencialmente letal.
Pero no queda ahí la cosa, el JK1000 porta una falsificación del holograma que certifica la seguridad del casco por lo que además se le atribuye a su vendedor un delito de estafa.
Los cascos peligrosos han sido incautados en un almacén perteneciente al ciudadano de Peterborough Moortaza Walji. El propio Walji vendía los cascos bajo el nombre comercial Bargain Mundial UK Ltd, y a través de otros comercios minoristas.
Walji ha sido declarado culpable de 15 cargos entre los que se incluye la venta de cascos de motocicleta inseguros en la corte Peterborough Crown. Por lo que ha sido condenado a seis meses de prisión y de 180 horas de servicios a la comunidad. Además deberá abonar los costes del juicio valorados en más de £ 13.000 (17.000 €).
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