El índice ha mostrado sin embargo, una evolución positiva en los últimos cinco años, pasando del 43,09% en 2013, al 47,32% en 2012, el 45,01% en 2011 y el 42,5% en 2010.
El perfil de la víctima mortal que conducía bajo los efectos de alguna de estas sustancias, es el de un varón de entre 30 y 50 años que había ingerido alguna bebida alcohólica.
De los 240 conductores que dieron positivo en las sustancias analizadas, el 67% había ingerido alcohol, el 34,4% drogas ilegales y el 27,5% había consumido psicofármacos. Mientras que la media de fallecidos en fines de semana y días festivos (1,8 en conductores y 0,5 en peatones atropellados) fue superior a la de los días laborales (1,6 y 0,4, respectivamente).
El informe se basa en los resultados de análisis toxicológicos realizados sobre 865 fallecidos (614 conductores, 173 peatones y 78 acompañantes) en accidentes de tráfico a través de una muestra de sangre para la detección de diversas sustancias estupefacientes. El número es inferior al total de víctimas mortales en carretera de 2014 porque algunas comunidades autónomas tienen transferidas las competencias en materia de tráfico y realizan sus propios análisis toxicológicos.
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