Aunque todavía no hay una norma que regule la seguridad de los bolardos ante impactos de personas, ya hay empresas que investigan sobre la materia y que están consiguiendo un aparente menor nivel de lesividad, sin dejar de cumplir su función de evitar que los coches y furgonetas invadan el espacio de los peatones.
Bien, pues el ayuntamiento de Moaña ha sido uno de los primeros en instalar este tipo de dispositivos a petición del colectivo motorista, mejorando así la seguridad no solo de los motociclistas, sino también la de los ciclistas y los propios peatones.
Nuestro agradecimiento a los responsables del ayuntamiento de Moaña y nuestra felicitación a los compañeros de Mata Pardales, Stop Guardarrailes y voluntarios de AMM que han conseguido este nuevo paso en pro de la seguridad de todos.
Asociación Mutua Motera