Seguro que en este preciso momento te acaban de surgir en tu mente numerosos razonamientos que contradicen tal resultado, pero las respuestas para todas tus réplicas es sencilla, todo depende del nivel de alerta de los usuarios de la vía.
O así parece afirmarlo John Gilderbloom , que ha dirigido el estudio analizando la evolución del número de accidentes ocurridos en varias calles de la región, que pasaron de ser de un solo sentido a tener circulación en ambos sentidos.
Los resultados son sorprendentes, pero se entienden mejor cuando se mide el nivel de seguridad subjetiva de los conductores y peatones. En las calles de un solo sentido de circulación tendemos a bajar la guardia y por tanto circulamos mucho más rápido, mientras que los peatones están mucho menos concentrados, al tener una falsa sensación de protección.
Este apartado psicológico ha provocado que los accidentes y siniestros leves han disminuido considerablemente cuando las calles han pasado a tener doble sentido de circulación. En concreto el estudio estima que la reducción se sitúa entre el 35 y el 60 por ciento, a pesar del aumento muy considerable del tráfico en la zona.
Este estudio nos debe llevar a considerar el apartado de la “seguridad subjetiva” o falsa seguridad como esencial a la hora de prevenir accidentes relacionados con peatones, ciclistas o motociclistas.
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