Pero la exportación a países como Francia o Alemania, ha sido la base que ha permitido al sector de las dos ruedas español aumentar su facturación, en especial, la de las motos urbanas.
Rieju fabricaba en 2007 un total de 20.000 motos al año, pero la crisis los llevó al borde del precipicio con unas ventas de solo 5.000 U en 2013. Aunque un año después se volvió a las 8.000, y para este año estiman que se podría alcanzar las 10.000.
Jordi Riera, consejero delegado de Rieju, atribuye este aumento a “la recuperación de la economía europea”. La compañía exporta el 90% de su producción, con una facturación que aspira a cerrar el 2015 con 15 millones de euros.
Montesa Honda, que trasladó parte de la producción de Santa Perpètua de Mogoda (Barcelona) a Italia en 2010, prevé incrementar la producción en un 60% en Cataluña. La apuesta por el producto propio, como el modelo de trial Cota, ha conseguido el milagro. La compañía fabricó el año pasado 1.200 unidades.
Brasil, Chile, Colombia… Latinoamérica en general también se presenta como un mercado con futuro para Sherco, multinacional francesa de modelos de trial y enduro con una fábrica en Caldes de Montubi (Barcelona).
“Detrás de la mejora del mercado hay una mejora de la coyuntura económica del país”, sostiene José María Riaño, secretario general de la patronal Anesdor. Riaño atribuye el cambio a la mejora “de la confianza del consumidor y el empleo”, a pesar de la falta de ayudas específicas por parte de la Administración.
Aún quedan fabricantes que vuelven a la producción como Bultaco con sus eléctricas Brinco, o noveles como Volta Motorbike, que en los próximos años pueden relanzar aún más la industria motociclista española.
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