El problema de estos dispositivos es que permite proyectar todo tipo de información de alerta en el parabrisas frente a nuestros ojos. Por la naturaleza lumínica y parpadeante de estas alertas, consiguen atraer más nuestra atención que la información que nos llega de la propia vía.
Según los investigadores de la Universidad de Toronto, los dispositivos HUDs son un peligro, ya que los conductores son informados de toda una amplia gama de actividades ajenas a la propia conducción. Pero también porque el conductor tiene que dividir su atención entre la carretera y la interpretación de las múltiples alertas, según indica Ian Spence, profesor del Departamento de Psicología que dirige la investigación.
“Ahora los conductores no solo tienen que estar atentos ante cualquier imprevisto en la circulación, sino también ante las alertas que se proyectan constantemente sobre el parabrisas. Las dos tareas visuales interfieren entre sí y deterioran tanto la velocidad de reacción como la precisión. Las alertas perdidas y el aumento de los tiempos de reacción suponen una verdadera amenaza a la seguridad. Además, esta rivalidad por conquistar la atención del conductor suele ser más frecuente cuando la situación es más peligrosa", explica Spence.
La conclusión del estudio es que ante una tarea primaria, nuestra atención disminuye en intensidad sobre el resto de tareas secundarias que realiza el conductor. Esto lleva a que los conductores no puedan responder de forma tan eficaz a múltiples estímulos. En otras palabras, los conductores no son pilotos de jet entrenados durante años, y el exceso de información conduce a sobrecarga de información.
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