Quizá sea por la necesidad innata de supervivencia de la especie motera lo que la hace ir un pasito por delante, pero el 83% de los conductores de automóvil que suele conducir también una motocicleta eran capaces de identificar todas las señales de carretera que les fueron mostradas, un porcentaje que desciende hasta el 67% para los conductores exclusivos de automóvil.
No se hace una mención especial para los que conducen grandes todoterrenos, pero sí se constató que los conductores exclusivos de coche suelen tienen una menor sensibilidad a los peligros que padecen otros usuarios más vulnerables de la vía; solo el 34% reconoció la señal correcta para ilustrar una mayor distancia lateral al adelantar, frente al 89% de los motoristas.
Pero, lo que es más preocupante, el 40% de los conductores desconocía la razón por la que es necesario aumentar el margen de seguridad al adelantar a una moto, frente a un 5% de motociclistas desinformados.
Tomando como ejemplo una serie de preguntas del test para el examen de conducir, el 16% de los conductores de automóvil suspendió el test, por el 6% de motoristas.
¿Estamos ante una especie difernete que puebla nuestras carreteras?
Estos datos son reveladores y apuntan al relax formativo y de atención que padecen muchos conductores de automóvil, lo que termina afectado a la seguridad vial de todos los usuarios de la vía.
Algunas compañías de seguros en el Reino Unido ya se han percatado de la diferencia y van a lanzar pólizas especiales, que resultarán más económicas para aquellos motoristas que además posean un automóvil.
Fuente