En lo que ya se conoce como el “ozonazo”, la capital y otros municipios de Madrid, vivieron la semana pasada el episodio más prolongado de elevada contaminación por ozono desde que se tienen registros. Un episodio en el que se superó ampliamente el nivel máximo permitido en 14 estaciones de medición (240 microgramos de ozono por metro cúbico frente a los 180 microgramos del límite tolerable). Siendo los parques urbanos (Retiro, Casa de Campo, Juan Carlos I, etc) los lugares donde se han registrado las tasas más elevadas.

Para tratar de advertir a la población, el Ayuntamiento de Madrid instalará paneles informativos con mensajes de alerta en los parques y en los soportes publicitarios, para que los ciudadanos no hagan deporte al aire libre.

En dichos paneles se introducirán también mensajes sobre calidad del aire. A través de la radio se vinculará las noticias sobre las retenciones de tráfico con los episodios de contaminación que se detecten cada día.

Estas son solo algunas de las medidas de alerta que implementará la concejala de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Madrid, Inés Sabanés, quien también promete medidas más impopulares, pero necesarias, como limitar la velocidad o restringir el tráfico durante los episodios de contaminación extrema. Este miércoles el ayuntamiento y la comunidad se reunirán para trazar un plan integral de lucha contra la contaminación. Esperamos que la motocicleta y los vehículos eléctricos consten como parte de la solución a largo plazo.

Londres y París cuantifican los daños de la polución

Mientras en España aún nos conformamos con realizar algunas mediciones de la contaminación y alertar por los medios de comunicación, en otras ciudades como Londres o París, ya se han completados estudios exhaustivos sobre los efectos nocivos de la contaminación.

El resultado es verdaderamente alarmante, el coste en vidas humanas por la contaminación en las ciudades es muy superior a las muertes por accidentes de tráfico. A pesar de ser muertes silenciosas, cada año 42.000 personas mueren en Francia como consecuencia directa de la polución sobre la salud. A esta cifra hay que sumar el coste económico de los tratamientos médicos que asciende hasta los 100.000 millones de euros. De los cuales 48.000 millones son por las muertes prematuras y el resto son por los gastos médicos para el tratamiento de las alergias, el asma, los cánceres y los problemas cardiovasculares.

Del mismo modo se ha calculado que unas 9.500 personas mueren cada año en la capital británica por la contaminación del aire que respiran, más del doble de las primeras estimaciones. Los peores contaminantes para nuestra salud son las partículas PM 2,5 y el dióxido de nitrógeno que desprenden los motores de combustión, y en especial, los motores diesel.

Fuente: Ayuntamiento Madrid