Según dicho estudio la respuesta de los conductores a situaciones semejantes se encuentra condicionada por la forma en la que los conductores gestionan sus propios sentimientos y por la incertidumbre que genera la conducta de los demás.
“La mayor parte del tiempo podemos sentarnos cómodamente en el coche y disfrutar del viaje, pero en cualquier momento podemos vernos obligados a interactuar con otros conductores. Esto convierte a la carretera en un entorno social complicado e incierto. Aunque nosotros solemos preocuparnos de cómo conducen los demás, este estudio sugiere que su forma de actuar también depende de lo que nosotros hagamos. Somos nosotros los que creamos esas personalidades que nos disgustan”, señala el Dr. Chris Tennant, psicólogo social a cargo del proyecto de investigación en la LSE.
“Desde una perspectiva psicológica, los diferentes tipos de personalidades constituyen válvulas de escape que los conductores emplean para lidiar con sus emociones y sentimientos de frustración. Nadie encaja constantemente en un tipo u otro. En función del momento y de la interacción que se esté produciendo, casi todos nosotros podremos reconocernos en varios de estos perfiles”, añade el Dr. Tennant.
Siete tipos de personalidades en la conducción:
- Profesor: consiste en un conductor que necesita enseñar a los demás en qué se han equivocado y espera que se reconozcan sus esfuerzos educativos.
- Justiciero: parecido al anterior, disfruta castigando a los demás conductores cuando creen que han hecho algo mal.
- Sabelotodo: son conductores que piensan que están rodeados por perfectos incompetentes y gritan con condescendencia a los demás usuarios de la vía.
- Competitivo: necesitan ir por delante de todos y se enfada si alguien se interpone en su camino, indica la marca.
- Filósofo: acepta las faltas de los demás de buen grado e intenta darles una explicación racional.
- Evasivo: trata a los demás conductores de forma impersonal y los considera simplemente un peligro.
- Fugitivo: conduce escuchando música o hablando por teléfono con el fin de aislarse, los fugitivos buscan siempre la interacción con las relaciones sociales que ellos mismos han escogido para no tener que relacionarse con el resto.
“Casi todas estas conductas pueden ocasionar situaciones peligrosas en la carretera. Saber qué tipo de conducta solemos manifestar y qué situaciones la provocan es el primer paso para controlarla mejor y hacer así de la carretera un lugar más seguro para nosotros y para los demás. Aparte de la aplicación efectiva de leyes contra la conducción agresiva, la educación y el conocimiento adquirido con la experiencia siguen siendo las estrategias más poderosas para tratar los aspectos sociales y emocionales de la conducción y para lograr los mayores avances en seguridad vial”, declara Olivier Rousseau, Vicepresidente de Neumáticos de Consumo de Goodyear para Europa, Oriente Medio y África.
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